Mi relación con el otro ocupante de la casa, aparte de las visitas ocasionales de novia, visitas y amigos, va tomando ciertos matices que una persona normal no llegaría realmente a conocer.
El otro día, a la consabida Hora de los Demonios, Baalsagoth me sorprendió despierto mientras escribía en mi computadora
-Que haces?- me dijo el demonio
-Estaba escribiendo una aventura de Rol
-Rol? Y eso?
-Bueno, básicamente nos juntamos varias personas a interpretar una aventura imaginaria. Yo escribo la aventura y el resto la interpreta en base a las cosas que yo les voy describiendo.
Sabrán, queridos lectores, que la cara que puso el demonio cuando le expliqué lo que era un juego de rol me hizo sentir lo que debe sentir un evangelista cuando se cruza con un metalero.
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